¿Qué crees que es lo que identifica tu manera de trabajar?
Meritxell Inaraja: «Lo que identifica mi manera de trabajar tiene mucho que ver con mi arquitectura, ya que es el resultado de todo el proceso. Me gusta que surja de forma natural, siguiendo mi intuición. Cuando estoy frente a un proyecto lo planteo desde la sensación del lugar, de las personas, del programa, y, finalmente, la materialización de todo.
Considero que es importante la primera mirada al sitio o al lugar donde voy a crear ese proyecto y luego dejarme llevar por mis sentidos y, sobre todo, pensar cómo cambio mi proyecto para que vaya a mejor. Por ejemplo, cómo dar luz, dar aire a un espacio, etc. En resumen, cómo aportar algo completamente nuevo al espacio y reconvertir ese proyecto.
Cuando rehabilito obras, creo algo distinto. Me gusta conservar el uso inicial o el patrimonio, por lo que cualquier intervención que hago es desde el máximo respeto con la intención de mejorarlo.
Considero que no soy temerosa con mis proyectos, es decir no tengo miedo ante lo que me encuentro. La primera intención es atrevida, por mucho que tenga en cuenta la conservación de lo inicial, es una forma de trabajar muy mía y que me identifica.
Para mí, la arquitectura es un punto medio entre libertad total de las bellas artes y la rigidez de una ingeniería. La arquitectura me da esa libertad y esas normas a la vez. De ahí se crea mi manera de trabajar también la unión de mi imaginación con las normas que me plantea la construcción».
|Meritxell Inaraja |
¿Cuál es la manera de organizar tu despacho?
Meritxell: «Al igual que me gusta la dificultad y la complejidad en los proyectos, mi manera de enfocar y mi manera de trabajar es la misma. Es muy diversa y plural, ya que, empecé con mis propios pequeños proyectos, después de terminar la carrera, pero al mismo tiempo, trabajaba en un despacho grande donde participaba con proyectos en museos, como el museo Picasso. Esto hizo que pudiera trabajar en una parte de mis proyectos y otra parte de aprendizaje.
El hecho de trabajar con dos escalas me ha influido en la forma de organizar mi despacho hoy en día. Esta mezcla de mantener mi despacho y trabajar en contacto con otros arquitectos que complementan mi experiencia, es lo que define mi manera de hacer. En mi despacho, la libertad funcional es una característica muy notable y enriquece mucho nuestros proyectos. En mi equipo tenemos de todo: gente que está con un pie fuera en nuestros proyectos y gente que solo trabaja conmigo. Esto sirve para poder dar más diversidad en lo que trabajamos por muy desordenado que parezca».
|Meritxell Inaraja |
¿De qué manera materializas los proyectos, cuál es el proceso?
Meritxell: «En cualquier proyecto lo primero es mirar el lugar, las personas, el programa y, justo a continuación, la materialización del proyecto.
Normalmente el material tiene mucho que ver con el lugar o el uso. Yo me guio por mi intuición y la primera idea que quiero aplicar al proyecto. Primero empatizo y analizo el lugar y el uso; después aparece de forma natural el material. Por ejemplo, cuando quiero utilizar hormigón es porque mi primera idea es de una forma más plástica o moldeable, a contra de, por ejemplo, el ladrillo. También me gusta jugar con los materiales utilizados antes de la rehabilitación que armonizan con lo nuevo que creamos, es decir, buscar algo nuevo, pero en equilibrio con lo existente. Me gusta mucho innovar en materiales y mejorar los existentes, consiguiendo así mejores prestaciones constructivas».
|Meritxell Inaraja |
¿Cómo ves el futuro en tus proyectos?
Meritxell: «No pienso mucho en el futuro, me gusta el presente. Pero me gustaría mucho ampliar en todos los sentidos: innovar en mi manera de trabajar y poder crecer a lo grande trabajando en proyectos mayores de los que hago ahora, proyectos que tienen de todo, más a lo grande».
|Meritxell Inaraja |
¿Qué aconsejarías a partir de tu trayectoria a las arquitectas jóvenes que quieren empezar con sus proyectos?
Meritxell: «Como profesional siempre aconsejo organización y tener prioridades. Priorizo mucho la calidad antes que cantidad. Y, sobre todo, sentirse fuerte en este sector y dejar a parte el género. En el mundo en el que vivimos es difícil hacer lo que te gusta siempre y ganarte muy bien la vida, pero creo que con esfuerzo todo se consigue y, sobre todo, no rendirse».