El arquitecto donostiarra Iker Ochotorena, líder del estudio de arquitectura OOAA, nos explica los secretos detrás de su estudio en Paseo de la Habana 71 en el centro de Madrid: una antigua galería reformada en un estudio desnudo, puro y minimalista, tal como su autor lo define.
Gracias a nuestra charla con Iker Ochotorena, en esta nueva sección de Workflows Project conocemos el proceso, los objetivos y la ingeniosa materialización del proyecto de rehabilitación de un espacio diseñado para ser un templo para la inspiración y el trabajo perfeccionista.
Cuando descubrí este espacio supe que era para nosotros. Era un sueño para mí. En cuanto lo vi supe que la transformación nos iba a ayudar mucho a cumplir una estética que yo venía meditando y aquí se podía dar.
— Iker Ochotorena
Despacho en Paseo de la Habana en Madrid, por OOAA. Fotografía de Rafa Dieguez.
En medio del ruido y el bullicio del centro de Madrid encontramos este espacio elegante, que evoca una atmósfera de paz y espiritualidad. Los techos altos, los colores neutros y los materiales con carácter son las claves que construyen este entorno dedicado al trabajo y la arquitectura.
Para el diseño del espacio se utilizan como principios de proyecto la descontextualización del espacio, la doble altura y la luz cenital. Esta tríada construye un oasis de calma, un refugio de silencio donde el vacío es el protagonista, alterando sustancialmente el carácter de esta antigua galería de más de 500 m2.
Sobre este espacio resaltaría la búsqueda del vacío. El vacío no entendido como la nada, sino como un espacio acotado. En ese mimetismo sólo se ve la luz, la sombra de los objetos y el aire que hay en medio, que es funcional.— Iker Ochotorena
Detalle mesa en despacho en Paseo de la Habana en Madrid, por OOAA. Fotografía de Rafa Dieguez.
El proyecto arranca con la distribución del espacio en planta, seguido por la selección de materiales. En Paseo de la Habana 71 destacan los muros artesanales de cal y los suelos de piedra caliza. Completa la atmósfera del espacio la luz cenital que lo impregna todo, rebosando a través de dos lucernarios a gran altura.
Despacho en Paseo de la Habana en Madrid, por OOAA. Fotografía de Rafa Dieguez.
En cuanto a la materialización, determinan el ambiente interior el revestimiento de muros con cal mixta, de acabado artesanal natural. Los pavimentos son de piedra caliza de Campaspero en tono blanco grisáceo, una piedra compacta y de origen nacional que presenta coqueras naturales y una apariencia con una cierta rusticidad, colocada en aparejo de opus romano.
Las puertas de roble se tiñen de oscuro, aparecen grandes superficies en tonos crudos, y el resto de mobiliario se resuelve con madera, mármol y otros materiales nobles. Destacan especialmente las sillas diseñadas por Charlotte Perriand, ocupando un lugar privilegiado en la zona de reunión. Se trata de un espacio en el que todo detalle busca el constante equilibrio entre modernidad y belleza.
La atmósfera está llena de paz y eso lo hace provocativo. Nuestra idea de la arquitectura es conseguir este punto espiritual, que habla de silencio, de calma, de algo que va más allá de lo físico.— Iker Ochotorena